fbpx

24 MAYO
01 JUNIO

2024

La tercera raíz: el cine de la diáspora

La tercera raíz cruza el océano hasta Latinoamérica poniendo el foco en la afrodescendencia latinoamericana. Esta sección permite enlazar desde una perspectiva cinematográfica la visibilidad e invisibilidad del negro en un continente donde la población afrodescendiente alcanza los 200 millones de personas de un total de 625 millones de latinoamericanos. La diáspora africana se hará presente en películas que llegan desde la República Dominicana, Brasil, Argentina y Colombia. 

Desde la República Dominicana llega Miriam miente, de Natalia Cabral y Oriol Estrada. Miriam Miente pretende confrontar a la audiencia con el conflicto universal que puede surgir cuando el deseo individual de amor y fraternidad se contrapone al deseo social de formar parte de una comunidad en la cual podamos sentirnos aceptados y amados.  Ambientada en una celebración aristocrática kitsch, Miriam Miente es un pequeño relato caribeño sobre razas y clases sociales condenada por las calamidades históricas no resueltas de su sociedad.

Además, esta película tiene la peculiaridad de tener subtítulos especiales para sordos, con descripción de sonidos, del tono de voz, con distintos colores según el personaje y otras peculiaridades. 

La colombiana Pacífico oscuro, que se estrenará en España en el marco del FCAT, viene firmada por Camila Beltrán y retrata a las mujeres de su país quienes pactaron con las fuerzas ocultas para aprender a cantar. “Hace mucho tiempo, en el Pacífico Colombiano, las mujeres hacían un pacto con fuerzas misteriosas para aprender a cantar. Poco a poco todo esto que nos enseñaron nuestros ancestros se fue quedando en el olvido y desde entonces sentimos que algo nos hace falta”, cuenta la bogotana afincada en Cali Camila Beltrán. 

Antes de comenzar con su proyecto de largometraje en Colombia, la directora decidió que primero quería hacer un corto en el país y escogió a Cali como el escenario, porque ser una ciudad que siempre la había interesado mucho. 

Fotograma de Pacífico oscuro

Por su parte, Breve espejismo de sol, de Eryk Rocha, es una coproducción brasileño-argentina firmada por el hijo de Glauber Rocha –pilar fundamental del cinema novo de los años 60–. Paulo es un taxista que recorre noche a noche las calles de Río de Janeiro a bordo de un vehículo alquilado. A lo largo de esas extenuantes jornadas laborales se cruza con varios síntomas de una violencia social creciente, desde mensajes de radio anunciando asesinatos a colegas hasta la presencia de algunos pasajeros agresivos. 

A una pareja de argentinos de vacaciones interpretada por Inés Estévez y Luis Ziembrowski (excusa que confirma el carácter de coproducción de Breve espejismo de sol) le sigue un empresario aparentemente dedicado al negocio o una enfermera encarnada por Barbara Colen –vista recientemente en Bacurau–.  

Fotograma de Breve espejismo de sol

También desde Brasil llega Plaza Parisdirigida por Lúcia Murat, un thriller que muestra el creciente conflicto entre Camila, una psicoanalista portuguesa, que llega a Brasil para desarrollar sus investigaciones sobre la violencia, y su paciente Glória, residente de una favela, en un centro terapeútico de una universidad de Río de Janeiro. Glória es ascensorista en la universidad y tiene un pasado de una gran violencia: violada por su padre, no tiene ahora a nadie más que a su hermano Jonas, un camello en la cárcel, para darle la protección que ella busca. La película muestra una relación de contratransferencia, donde el miedo del otro acabará dominando la trama. 

El contexto es la ciudad de Río, que se muestra intensa y violenta, del mismo modo en que están rompiendo las calles para las reformas de lo que fueron los Juegos Olímpicos en Brasil.

Lúcia Murat, la directora de la película, tiene una gran trayectoria como cineasta y guionista. Fue militante contra la dictadura, detenida la primera vez en 1968 en el congreso clandestino de la UNE (União Nacional dos Estudantes) y liberada algunas semanas después. En marzo de 1971 fue presa nuevamente y muy torturada. Estuvo tres años y medio en prisión. En la década de 1980, Lúcia se dedicó al cine y dirigió varias películas, algunas de ellas abordando la temática de la dictadura militar, como Qué bueno verte viva (1989), Casi dos hermanos (2004) y La memoria que me cuentan (2013), esta última inspirada en la vida de la también militante y amiga Vera Silva Magalhães.

Valeria Reyes

2 comentarios

  1. Muchas gracias. Integro un colectivo afro en Montevideo y deseo recibir toda la información posible sobre vuestras actividades.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *