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El performer enmascarado Nuri pone música al Festival de Cine Africano

Tres directoras de origen egipcio, libio y keniata respectivamente presentan sus largos en la sección Hipermetropía+

Tarifa, sábado 27 de 2019. La intensa segunda jornada del Festival de Cine Africano ha acogido formación, charlas, presentaciones de libros, proyecciones y música. El sábado ha concluido con el concierto del artista tunecino Nuri en el Patio del Hogar del pensionista. El productor y percusionista forma parte de la nueva generación de músicos surgida en los últimos compases de la dictadura de Ben Ali y que salió a las calles para exigir su partida durante la Revolución de los Jazmines.

Afincado en Dinamarca, el artista lanzó su primer disco Drup en 2017, un homenaje a la herencia africana en la música tunecina que funciona como un puente hacia las tradiciones ancestrales. Nuri complementa este tributo con la ejecución en directo de instrumentos de percusión tradicionales en África. Además, conjuga todo este entramado melódico con un amalgama de sonidos del Sahel. En el último año ha presentado este trabajo en países como Túnez, Marruecos, Dinamarca, Bélgica, Alemania, España o Francia.

Algunas horas antes, a mediodía, el EcoCenter ha acogido otro de los eventos más destacables de la jornada: la presentación del libro Sufismo negro de Antonio de Diego González. En el acto realizado con el apoyo del Instituto Halal, autor y público han estado compartiendo ideas y conversando sobre la temática central del libro. Para el autor, la historia de África no puede entenderse sin el sufismo,  la rama que proyecta el islam pacifista, pero también una filosofía de vida. Y es que el sufismo africano no es un fenómeno del pasado ni un proyecto concluido.

Al contrario, sigue con mucha fuerza, agrupando a musulmanes y siendo una organización transnacional de primera línea para comprender todo esos procesos políticos y sociales de África. Este libro, una etnografía vital, es la experiencia de un extraño que, a fuerza de escuchar, se hizo familia de ellos. Una obra para comprender la diversidad y la importancia de los símbolos en un momento en el que la globalización intenta homogeneizarlos. Hoy más que nunca la protección del mito, del símbolo o la identidad es importante para evitar el radicalismo y el fanatismo que asolan el mundo.

La presentación ha estado seguida de la primera sesión de Aperitivos de Cineconducida por el crítico y programador Javier H. Estrada. El día posterior a la proyección de cada película a concurso se invita al espectador, cineastas y periodistas a profundizar su acercamiento a las obras y a intercambiar con los directores sobre cuestiones éticas, estéticas y estilísticas.

Unas 70 personas han acudido al coloquio formado por el cineasta Joel Zito Araújo, director de ‘Mi amigo Fela’; y la escritora especialista en música africana Sagrario Luna, primera escritora de una biografía de Fela Kuti en español. El debate ha girado en torno a la figura de Fela Kuti, el músico nigeriano creador del afrobeat y en concreto sobre la película ‘Mi amigo Fela’, película inaugural de esta 16 edición del FCAT.

En cuanto a las proyecciones, tres documentales han contado con un coloquio al finalizar en la sala. La directora Philippa Ndisi-Herrmann, ha estado presentando su película Luna Nueva en la Iglesia de Santa María. Este documental comienza cuando la cineasta decide rodar un proyecto en torno a un enorme puerto que amenaza con cambiar totalmente la vida de la pequeña isla de Lamu, en la costa de Kenia. Sin embargo, el verdadero cambio ocurre en ella cuando descubre lo que significa la espiritualidad sufí. Su recorrido de autodescubrimiento la lleva a Raya y a sus dos jóvenes hijos, que le permiten encontrar la base narrativa de la película y una puerta muy personal que se abre a los misterios de la vieja ciudad. Dejándose llevar por su instinto, reflexiona acerca de la contradicción que representa ser una mujer moderna y liberal que decide abrazar el islam y trata de resolver la complejidad de la fe que ha escogido. Ndisi también dirige el cortometraje Tuve que enterrar a Cucu que se proyectará el lunes 29 a las 17:15 en la Casa de la Cultura.

También en la Iglesia de Santa María ha estado Naziha Arebi, directora de Los campos de la libertad. En Libia la producción cinematográfica es escasa y este es el primer largometraje de este país que se ha programado en el FCAT. La película cuenta la historia de un grupo de mujeres que se une por un sueño común: Jugar al fútbol para la nación. Sin embargo, en la Libia de la posrevolución el país se hunde en la guerra civil y las esperanzas utópicas de la Primavera Árabe se diluyen. ¿Podrán hacer su sueño realidad? Más aún, ¿queda un país para el que jugar? Los campos de la libertad es una película en torno a la esperanza y al sacrificio en una tierra donde los sueños son más bien un lujo. Descubrimos, a través de la mirada de estas activistas accidentales, un país en transición donde las historias de amor, las luchas y las aspiraciones en enfrentan a la historia. El público interesado en la temática de este filme podrá seguir indagando el próximo miércoles con la proyección de Jartum fuera de Juego. Ambas películas tratan sobre la liberación de la mujer a través del fútbol, un deporte considerado masculino.

En el Teatro Alameda, la directora Reem Saleh, ha presentado su primer largometraje Lo que se siembra… Esta película se estrenó en la Berlinale en 2018 y muestra una realidad de El Cairo que es poco conocida. Los Al Gami’ya son una gran familia dentro de Rod El Farag, uno de los barrios más pobres de El Cairo.En estas comunidades, todos los miembros contribuyen a un fondo con una pequeña cantidad de dinero de forma regular. Se reúnen semanalmente y entre todos deciden quién es la persona o familia más necesitada para entregarle una parte del dinero. Reem Saleh siguió durante seis años con su cámara a los miembros de una comunidad y revela su lucha diaria para sobrevivir.

Por otro lado, el actor mozambiqueño Mário Mabjaia, ha estado en la presentación de la película Mabata Bata, que narra la historia de Azarías, un joven huérfano que cuida del ganado. Mabata Bata es uno de los bueyes del rebaño. Hace falta engordar a los bueyes para el “lobolo”, la dote tradicional que Raúl, el tío de Azarías, debe entregar para casarse. Azarías solo sueña con ser como los otros niños del pueblo e ir a la escuela, y su abuela le apoya. Un buen día, mientras pace, Mabata Bata pisa una mina que la guerra civil dejó atrás. Mário Mabjaia es uno de los actores más conocidos de Mozambique tanto en cine como en teatro. Ha participado en películas de diferentes generaciones de directores, incluso de la generación más jóven de directores mozambiqueños con la película Mahla de Mickey Fonseca. Por su parte, el director de Mabata Bata, Sol de Carvalho, visitó Tarifa en 2006 con su primer largometraje O Jardim do outro homem.

Y para finalizar, hoy se ha presentado la sección Historias afroamericanas con la presencia del programador Keith Shiri en la proyección de la película Matador de ovejas. Se trata de una película de Charles Bernett, uno de los pilares del grupo L.A. Rebellion. Killer of Sheep explora el barrio negro de Watts (Los Ángeles), a través de los ojos de Stan, un hombre soñador y sensible cada vez más distante debido a su trabajo en un matadero. Frustrado por los problemas económicos, Stan encuentra alivio en pequeños momentos de belleza: el calor de una taza de té contra su mejilla, bailar una pieza lenta con su mujer, tener a su hija en brazos.

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